jueves, 26 de febrero de 2009

2006, TARTAGAL, 2009. ¿Y LA RECURRENCIA DONDE QUEDÓ?



una nota del geólogo Dr. Carlos Seara. vale la pena detenerse unos minutos


Los que desde hace años incursionamos en la temática ambiental venimos advirtiendo el anómalo comportamiento de la naturaleza como consecuencia de la intervención humana.
Como profesionales estamos obligados a decirlo y esta obligación se hace mayúscula cuando hay vidas en riesgo cierto. Este es el caso de Tartagal, tercera ciudad de la Provincia de Salta, con una población que ronda los 80.000 habitantes, con amplias barriadas surgidas sobre terrenos inestables, costaneros al río, dichos asentamientos nunca fueron motivo de preocupación para los intendentes de turno porque, a la gente humilde y a los grupos originarios se los arregla con dádivas de poca monta, hasta que el 2006 desnudó la verdadera problemática.

¿COMO ERA TARTAGAL?
Conocí la ciudad regresando de Bolivia, en un febrero húmedo y caluroso de hace más de 40 años, recorrí sus calles tranquilas, de escaso tránsito; su bien cuidada plaza San Martín, amodorrada por el sopor del verano de las yungas; caminé al encuentro del Puente de Hierro, que ya tenía sus años, todo un símbolo de la ingeniería ferroviaria y orgullo de los tartagalenses; me detuve sobre el puente carretero de la ruta 34 apreciando desde él, la tupida vegetación trepando por las serranías adyacentes.
Como estudiante de Geología, todavía no había adiestrado el ojo para escudriñar detalles y obtener de la naturaleza datos que pudieran hacer presumir lo que a futuro ocurriría. Por suerte conservo fotografías de ese viaje, en ellas está impreso aquello que en aquél momento no supe interpretar y que hoy, las imágenes guardadas me muestran.
Así, traslucen una población por demás dispersa, de casas bajas, calles amplias, plazas y jardines con mucha vegetación, poblado tranquilo rodeado de serranías cubiertas por la selva subtropical.
Las fotos del Campamento Vespucio, próximo a Tartagal, muestran una localidad enclavada en el corazón de la selva, de incipiente desarrollo pues, aún, no había comenzado el boom petrolero para la Cuenca Salteña. Junto a Vespucio ya se observaban algunos desmontes propios del crecimiento de la localidad.
Una mención especial merece la toma fotográfica del puente carretero sobre el río Tartagal: las pilas del mismo dejan ver, al descubierto, las cabezas de los pilotes hincados empleados en la fundación. Este es un indicador inequívoco del proceso erosivo de la corriente de agua la que en ese momento – 50 años atrás – ya mostraba la tendencia de la cuenca – profundización del cauce – superando en efectividad a la erosión horizontal – ensanche del río -.
Este encajamiento de la corriente de agua tiene que ver con las cuestiones que trataré a continuación en los próximos títulos.

CARACTERÍSTICAS NATURALES DEL RÍO

- Posee una pronunciada pendiente.
- Sus aguas discurren por terrenos sedimentarios inconsolidados y de granulometría fina a muy fina.
- La Potencia Bruta de la corriente, es superior a la Potencia Neta por ello, continúa el proceso erosivo. Esto se manifiesta, fundamentalmente, en los períodos de crecidas.
- El transporte de materiales lo realiza por: saltación, flotación, suspensión, tracción y solución.
-El Perfil de Equilibrio del río se encuentra en plena evolución.
-Las costas del río no se encuentran colonizadas.
-El río presenta un régimen espasmódico con crecidas y estiajes.

CARACTERÍSTICAS NATURALES DE LOS TERRENOS ATRAVESADOS

- Geologicamente los terrenos pertenecen al Cuaternario y Terciario con algunos afloramientos que se corresponden con formaciones Cretácicas.
- Se trata, en todos los casos, de capas sedimentarias, deleznables, de escasa o nula consolidación, fácilmente erosionables.
- Desde el punto de vista geomorfológico son desprendimientos de las Sierras Subandinas. A estos cerros, en la zona se los conoce como Cerro Aguaragüé.
- Las alturas de los Cerros no son muy significativas, sin embargo, sus laderas son bastante pronunciadas.

CARACTERÍSTICAS DE LA VEGETACIÓN
- Son parte de las “Yungas” formación boscosa también conocida como Selva Salto-Oranense o Selva Tucumano-Oranense.
- Se integra con especies de madera fina: lapacho, petiribí, cedro, viraró, roble, quina, cebíl, etc.
- Estos árboles tienen la particularidad de crecer en un ambiente subtropical, con alta pluviosidad, mucha temperatura, humedad ambiente elevada y suelos sueltos, poco homogéneos.
- Por lo general poseen un fuste maderable de varios metros.
- En nuestro país, la zona de “yungas” es de extensión reducida, es una cuña que se integra con porciones de las provincias de Salta, Jujuy y Tucumán.

LA INTERVENCIÓN HUMANA Y LOS CAMBIOS PRODUCIDOS EN LA CUENCA
La naturaleza, en medio de la fragilidad ambiental de la zona, ha podido controlar los procesos exógenos y mantener el equilibrio entre agua, suelo, condiciones geomorfológicas, climáticas y asociaciones vegetales.
Cuando el hombre ingresa en el escenario se adapta a las exigencias de la región, así lo certifican los años de residencia de los pueblos originarios cuyas actividades siempre fueron respetuosas del ambiente.
Esta tendencia se mantiene durante los primeros tiempos de vida de Tartagal.
No se conocen registros de fenómenos adversos para los pobladores durante esa época.
A comienzos del siglo pasado, timidamente, desde Tartagal , se incursiona en la explotación forestal y ésta, con la mecanización va creciendo; por las “picadas”, los “diablos” y los “cachapé”, dan paso a tractores y maquinaria de orugas. Este cambio afecta sensiblemente las condiciones ambientales: se precisan “picadas” más anchas; los suelos se compactan o destruyen por el tránsito de vehículos e implementos pesados; desaparece el sotobosque; las lluvias que antes alcanzaban el suelo luego de atravesar el paraguas del bosque, se precipitan contra aquél de manera violenta, acelerando el proceso de erosión hídrica, incrementando la densidad del drenaje, haciendo que cada “picada” sea una nueva vía para el escurrimiento del agua; el agua discurre por una superficie desnuda que también tiene en su contra los desniveles del terreno; se aceleran, de esta manera, la velocidad de escurrimiento, la erosión de los terrenos, la extracción de materiales y la constitución de una nueva curva de perfil de equilibrio del río, mucho más baja y con mayor competencia erosiva.
La intensa actividad petrolera entre las décadas del 50 y del 90 no hacen otra cosa que incrementar los daños con una nueva actividad económica que mantiene ocupado a casi todo Tartagal.
Las líneas de prospección sísmica y las “picadas” para alcanzar las “bocas de pozos” son otras tantas heridas por donde se pierde el tesoro de las yungas.
La actividad petrolera luego de la ida de YPF, ha disminuído sensiblemente su ritmo de exploración y explotación aunque, cuatro empresas adquirieron el área al momento de las privatizaciones: Pluspetrol, Texpetrol, Refinor y Pan American Energy.
Desde la partida de YPF Tartagal es un pueblo fantasma donde lo único que ha crecido es la pobreza, la desocupación y la vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales.

2006 EL AÑO EN QUE LA NATURALEZA LE DIJO BASTA A LOS DESATINOS GUBERNAMENTALES
Una lluvia extraordinaria, como las de antes, cuando nada ocurría, terminó por sepultar en lodo la obra genial de canalizar el río en el ejido urbano, un despropósito solo justificable por la improvisación y carencia de imaginación.. Los paños de hormigón de la contención lateral se precipitaban al cauce como si fueran papelitos y los correspondientes al piso se levantaban y quebraban dejando por debajo un gran hueco.
Por fin, el río se había liberado de su vestimenta cementicia. Alveo y subalveo volvían a vincularse para compartir un mismo destino.
Desde los sectores oficiales trató de explicarse que todo se trataba de un “fenómeno natural irreversible” frente al cual nada podía hacerse. ¿Saben la cantidad de veces que se usó este rótulo para enmascarar la ineficiencia e ineficacia, la incapacidad y el olvido gubernamental?
La inundación de Tartagal fue tapa de información durante algunos días en los que se recolectaban vituallas para enviar a la zona de desastre. Posteriormente y con el trajinar diario, llegó el olvido. Ya nadie volvió a hablar de Tartagal; los verdaderos actores del desastre, siguieron con sus andanzas: las petroleras abriendo “picadas”, las madereras como la de Sergio Leavy –Intendente de Tartagal - volteando la selva y todos juntos, deteriorando el medio natural, a la vieja usanza de los srs. feudales, como si el ambiente fuera patrimonio exclusivo de ellos.

2009, ¿DE NUEVO LA NATURALEZA?....¿EN DONDE SE QUEDÓ EL PERÍODO DE RECURRENCIA?

Un fatídico 9 de febrero por la mañana, con cielo plomizo y una lluvia intermitente, Tartagal despertó, como siempre, sin imaginar lo que sobrevendría. La lluvia no muy abundante tendría un protagonismo especialísimo. Es que los cerros vecinos, hartos de tanto disparate humano, decidieron colapsar; el agua a manera de lubricante, proporcionó lo que hacía falta para que una masa informe de barro, piedras y troncos se precipitara al cauce del río para desplazarse en dirección a la ciudad.
Arrasó con todo lo que estaba a su paso hasta que el puente ferroviario de más de 80 años paró el aluvión conformando un dique, detrás de él la acumulación fue infernal e inmediata.
La presión provocó el arranque del puente de sus empotramientos y que el agua y el barro desbordaran en un ancho de 800 mts donde nada quedó en pié.
A horas de lo sucedido queda preguntarse por “EL PERÍODO DE RECURRENCIA”.
Se ha dicho hasta el cansancio que los fenómenos naturales tienen un período de recurrencia de 100 años, sin embargo, algo falló o algún factor ajeno intervino para que este mentado espacio no se materializara y mediaran tan solo tres años entre un desastre ambiental y el siguiente en la ciudad de Tartagal.
Esta sola cuestión es un alerta que nos muestra que no se está frente a un desastre natural, sino a un hecho donde el hombre tiene una profunda y activa participación.
Entre las evidencias se pueden mencionar:
- un booster de sísmica en condiciones de estallar, fue hallado entre los materiales del aluvión.
- los fustes de madera de calidad se presentan aserrados y pelados.
- las líneas de sísmica, las “picadas” para extracción de madera y las de acceso a los pozos de petróleo se han comportado como una red adicional que incrementó el diagrama natural de escurrimiento del agua.

LA LEY DE BOSQUES Y EL REORDENAMIENTO TERRITORIAL EN SALTA

Los wichí y otras comunidades originarias denominan a Salta como la “Capital Nacional del Desmonte”.
Sólo entre el 2002 y el 2006 fueron desmontadas 415.000 has., y en el 2007 se autorizaron para talar otras 435.000 has. En estas ya se suman las que se destinan al cultivo de soja
La ley de bosques autoriza desmontes en terrenos con hasta el 5% de pendiente, mientras el reordenamiento territorial de Salta propone que los desniveles a talar alcancen pendientes de hasta el 15 %.
Si la tesis salteña llegara a imponerse, de modo inmediato, 1.600.000 has. –superficie equivalente a 23 veces la Capital Federal-, quedarían sujetas a desmonte, lo que significaría un desastre socio-ambiental de grandes proporciones.
Los “Tartagales” se multiplicarían de manera alarmante.

CONCLUSIONES
- Estamos frente a un fenómeno natural que el hombre lo transformó en catástrofe.
- En casos como estos los períodos de recurrencia no tienen validez.
- Los intereses de los líderes políticos son más importantes que la vida misma de los pobladores.
- Como consecuencia de los desmontes la fragilidad ambiental está en un punto límite y no se pueden descartar nuevas inundaciones en Tartagal.
- El aluvión del 9 de febrero contó, a favor de la población, con una precipitación que no fue muy abundante, de haber sido mayor, el número de víctimas hubiera crecido significativamente.
- La recuperación de Tartagal debe atender, prioritariamente al restablecimiento de los sistemas de agua potable y energía eléctrica, a la vacunación masiva contra enfermedades endémicas y un nuevo plan de desarrollo de la ciudad que elimine la posibilidad de futuros desastres.
- Otros aluviones en Salta, como el producido hace algunos años en Palma Sola, habría que relacionarlo con desmontes zonales y algún otro tipo de intervención humana.

Dr. Carlos A. Seara-Geólogo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena la información. los invitamos a visitar este sitio: http://www.tartagal.org/. tal vez entre todos podamos contribuir a hacer la diferencia.