martes, 2 de septiembre de 2008

COMUNICADO DE LA ASAMBLEA CAMPESINA E INDIGENA DEL NORTE ARGENTINO

Somos organizaciones de las provincias de Chaco, Formosa, Corrientes, Santa Fe Santiago del Estero y Salta. Organizaciones que llevamos años luchando y elaborando propuestas buscando defender, frente a los gobiernos y a la sociedad, los derechos de las familias campesinas y aborígenes a poder seguir viviendo con dignidad en y del campo. Queremos presentar y poner en discusión tres temas fundamentales que apremian a las familias aborígenes y de pequeños productores campesinos: tierras, contaminación, agua, producción y comercialización.
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1- La Tierra:
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En los últimos 10 años la concentración de la tierra ha agravado las profundas desigualdades sociales en el campo. Entre los años 1988 y el 2002 han desaparecido 160.000 explotaciones agropecuarias en su gran mayoría con un tamaño menor a 200 hectáreas, es decir pequeños productores. El 82% de los productores (campesinas, indígenas y trabajadores rurales) ocupan sólo el 13% de la tierra. Mientras el 4% de las llamadas "explotaciones agropecuarias" ocupan casi el 65 % de la tierra utilizada para la producción. Campesinos y pueblos originarios son obligados a desalojar sus campos-Casi el 40 % de los poblados rurales están en riesgo de desaparecer. En estas poblaciones viven cerca de 300 mil habitantes. Hay más de 120 pueblitos o parajes que prácticamente no han crecido en los últimos 10 años. De ellos,90 ya no figuran en los últimos censos. Mientras que 8 de cada 10 personas que viven en el conurbano bonaerense provienen del campo. La razón: la actividad económica que les dio vida ya no existe. La frontera agrícola se expande, empujada por intereses de las empresas, entre otras de agroquímicos y semillas y prácticamente sin controles del estado. Cada hora se talan montes en una superficie que equivale a 40 canchas de fútbol. De continuar con esta tendencia impuesta por la expansión de los cultivos agro exportadores en 10 años el 70 % del suelo argentino quedará desértico. Nuestra soberanía alimentaria está en peligro, casi el 90 % de la tierra en nuestro país está dedicada al monocultivo de exportación (cereales y oleaginosas) y no a satisfacer nuestras necesidades alimentarías. Fueron desplazados la lechería, el cultivo de maíz, trigo, lenteja, montes frutales, mandioca, batata, papas y otros alimentos consumidos por los argentinos y producidos por campesinos. Y se han perdido casi todas las semillas criollas propias de las distintas zonas del país.
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A raíz de esto Pensamos…
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1) Que los campesinos y pueblos originarios son los dueños de la tierra y los recursos aunque no tengan títulos o documentaciones que lo acrediten, porque vivieron, viven y trabajan en ella. Con más razón aquellos que vienen trabajando de varias generaciones.
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2) Que el derecho a decidir sobre los bienes ambientales es un derecho natural, primario, de valor universal de todo ser humano y que ningún otro derecho de tipo económico puede violar este derecho.
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3) Que los derechos campesinos y de pueblos originarios ya están reconocidos en Constitución Nacional y Código Civil y las leyes provinciales no deben contradecir esos principios.
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4) Que los gobiernos deben desarrollar políticas y programas que incluyan las economías campesinas como parte de la economía nacional y no como una problemática social.
Cuestionamos y denunciamos…
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5) La falta de legalización de la tierra que están ocupando los campesinos y aborígenes y el poco interés que muestran los funcionarios y políticos en general en solucionarlo.
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6) La falta de voluntad política de los gobernantes para la aplicación de las leyes que favorecen a la ocupación legal de las tierras, como por ejemplo:
- La Constitución Nacional.
- El Código Civil
- Las leyes de colonización
- Los tratados internacionales a los que Argentina como Estado ha adherido.
- Las legislaciones indígenas
- La ley veinteañal
- El derecho al poseedor
- La mensura de las tierras a los campesinos.
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7) Denunciamos a los gobiernos provinciales por favorecer la compra de tierras y recursos naturales a las grandes empresas extranjeras.
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8) Las malas adjudicaciones de las tierras públicas.
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9) El mal uso de las reservas provinciales que están bajo el manejo del gobierno y son alquiladas por políticos para uso propio.
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10) Los empresarios y pooles de siembra nacionales y extranjeros, invierten en compra tierra en el norte argentino en connivencia con algunos funcionarios y políticos.
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11) La realización de grandes obras públicas de infraestructura, con financiamiento internacional del BID ( Banco Interamericano de Desarrollo ), sin participación de los pobladores, sin estudio de factibilidad y de impacto ambiental violando los principios centrales del desarrollo de mejorar la calidad de vida, el medio ambiente y la biodiversidad.
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12) Que ante los últimos acontecimientos donde la cuestión rural está en discusión, estamos siendo permanentemente convocados sin que la situación y reclamos campesinos e indígenas estén incluidos, muy por el contrario sistemáticamente dejados para posteriores discusiones.
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Proponemos…
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Que la tierra sea considerada un bien social y no un negocio. Que se contemple la vida en y de la tierra, esto implica desarrollar políticas de desarrollo rural con las organizaciones campesinas y no tan sólo programas focalizados y "de alivio a la pobreza"
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Que se haga una más justa distribución de la tierra para que puedan acceder los campesinos e indígenas de las provincias.
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Que los gobiernos hagan cumplir las leyes, donde se limita la compra masiva de las tierras y la venta de tierras por los extranjeros y que se impulse algún proyecto de ley, para favorecer la adjudicación de tierras para los pequeños productores campesinos e indígenas a nivel regional, con la participación de los mismos.
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Proponemos la entrega de lotes de tierra a familias de pequeños productores o trabajadores rurales con ocupaciones permanentes en el lugar de residencia de origen, mediante donaciones, expropiaciones y venta por concurso o en forma directa a largo plazo, con años de gracia y con características de inembargables, imprescriptibles e inajenables. Como así también, planes que favorezcan el arraigo de las familias.
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Que las autoridades de los gobiernos provinciales y nacionales regularicen la situación de la tierra de los campesinos e indígenas y que se respeten las ocupaciones de tierra que pertenezcan al Estado provincial y nacional, o que fueron mal adjudicadas o vendida a empresarios. Además, que el Estado destine recursos humanos y financieros para la regularización.
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Que se establezcan normas de protección y uso de los recursos naturales de los mismos lotes.
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En caso de venta, que el terreno mismo sea la garantía de pago al Estado y que con lo recaudado, se cree un fondo a ser manejado por las organizaciones, Ongs y el Estado para la compra de lotes privados para las familias sin tierras.
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Proponemos hacer cumplir las leyes que nos amparan como campesinos en la ocupación de los lotes con "animo de dueño" y encarar judicialmente de manera definitiva el derecho de posesión veinteañal.
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Participar en los planes de ordenamiento territorial impulsados por la provincia, con previa capacitación de los involucrados.
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Realizar un estudio de títulos en las provincias donde se necesite hacerlos para conocer el origen de los mismos.
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Por todo esto, unificamos las luchas entre pueblos indígenas y campesinos para defender el territorio que por derecho nos corresponde.
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2- La contaminación en el campo:
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Vemos que: -La expansión de la frontera agrícola con monocultivos y especies modificadas genéticamente ha llevado a un sobre uso de plaguicidas, en especial herbicidas.Está ampliamente demostrado que estos herbicidas no sólo eliminan, y parcialmente, a las mal llamadas malezas sino que destruyen una gran cantidad de hierbas silvestres capaces de alimentar a las poblaciones rurales y periurbanas. Esta expansión de los monocultivos basados en la aplicación de paquetes tecnológicos trajo aparejado , entre otras consecuencias, serios problemas de contaminación para la vida de los pequeños productores y las comunidades aborígenes. Los plaguicidas y herbicidas que suelen utilizarse para reducir el accionar de las plagas generan cada vez más resistencias en insectos y malezas obligando a utilizar dosis de aplicación cada vez más elevadas, incluso a realizar un mayor número de aplicaciones. Esta intensificación en el uso de plaguicidas ha determinado a su vez un incremento en las poblaciones de insectos perjudiciales junto a una merma en los benéficos. La presencia de grandes volúmenes de agrotóxicos (plaguicidas, herbicidas, etc.) en los campos produce una gran contaminación de las partículas de suelo, de los cursos de agua superficiales y subterráneas y del aire. Contaminación que mata la vida que habita en nuestros suelos, en nuestros ríos y arroyos, en nuestros huertos y corrales. Contaminación que envenena nuestros alimentos y se adhiere a la piel y los pulmones de nuestros hijos. Diversos estudios realizados demuestran los diferentes grados de toxicidad que presentan las sustancias químicas utilizadas en los monocultivos. Son sustancias que producen daños en las personas operarias que manipulan dichos productos como así también en aquellos que están expuestos a los mismos por habitar en zonas de aplicación. En esos estudios, se habla de síntomas visibles como ser hinchazón de pulmones, dolores gastrointestinales, vómitos, irritación de la piel etc.. pero también se habla de problemas de fertilidad, anomalías cromosómicas y mutaciones. Muchas de nuestras comunidades campesinas e indígenas se hallan cada vez más rodeadas por estos cultivos que utilizan insumos químicos produciendo intoxicaciones agudas y crónicas en las personas que vivimos en el lugar. Estamos viendo cómo se reduce la disponibilidad de vegetación y animales silvestres que utilizamos como alimentación animal y humana. Se están aniquilando a las poblaciones de insectos benéficos y se perjudican a los cultivos alimenticios que realizamos en nuestras chacras, privándonos de la posibilidad de producir en forma agroecológica.
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Proponemos:
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- La creación de un adecuado sistema de control de distribución, comercialización y uso de los agrotóxicos.-
- La realización de monitoreos continuos de las condiciones ambientales y sociales derivados de la aplicación de estos productos.
- La realización de estudios epidemiológicos de las poblaciones expuestas.
- Se hace necesario mejorar el registro de intoxicaciones por plaguicidas, solo así se podrá visualizar esta problemática en su dimensión real. Para que esto ocurra no sólo se debe favorecer la llegada de la población a los centros de salud sino capacitar al servicio de atención médica para detectar y registrar en las planillas correspondientes dichas intoxicaciones.
- Actualización permanente de las leyes y reglamentaciones en base al avance que se produce en el conocimiento sobre el impacto de los plaguicidas y herbicidas en los seres humanos y el ambiente.
- La creación de leyes que protejan y promuevan la producción agroecológica de alimentos.
- Finalmente: es una necesidad urgente que el Estado actúe para hacer cumplir las leyes vigentes en relación al tema a niveles provinciales y nacional con participación activa de las organizaciones locales en el contralor.
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3- El agua:
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El manejo del Agua es el principal factor a tener en cuenta cuando hablamos del desarrollo de un territorio, porque es el elemento más vital.
Es imposible hablar de desarrollo territorial cuando el principal factor a tener en cuenta no sólo está sin solucionar, sino que cada vez se agrava más a causa del inadecuado manejo del agua superficial y profunda, como de la creciente contaminación de esas fuentes de agua.
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El mal manejo de aguas superficiales provoca inundaciones y sequías en forma alterna, frecuente y extrema, provocando erosión y desertificación acelerada que modifican sustancialmente las actividades agrícolas y ganaderas, afectando severamente a las personas que viven en la región ya que las pone en situación de emergencia permanente.
El desmanejo del agua superficial tiene -principalmente- tres orígenes: 1) El desmonte de vastas zonas de bosques; 2) Sistemas agropecuarios no compatibles con las condiciones agroecológicas de la región; y 3) Obras viales, canales y/ó terraplenes cuyo diseño no son adecuados a la dinámica hídrica del ecosistema y desplazamiento natural del agua superficial.
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1) El principal regulador de la dinámica hídrica es la vegetación. El bosque cumple un rol de extrema importancia en la regulación del agua. El desmonte de grandes extensiones y posterior cambio de uso del suelo incapacitan al sistema para absorber el agua de lluvia en las mismas proporciones que lo hacía cuando estaba el bosque, provocando en principio inundación con escorrentía erosiva, y sequía después por imposibilidad de retener el agua.
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Proponemos: Parar el desmonte y hacer -participativamente- un ordenamiento territorial en cada provincia.
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2) Los sistemas agrícolas y de crianza animal que no son compatibles con el ecosistema también provocan desertificación. La incompatibilidad se ve en la forma en que se modifica las propiedades físicas y químicas del suelo, y por lo tanto de absorción de agua. Una agricultura y ganadería inadecuada no sólo afecta a la capacidad de absorción del suelo sino que también provoca erosión y pérdida de nutrientes en el sistema.
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Proponemos: Trabajar sistemas agrosilvopastoriles con criterios agroecológicos.
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3) Las obras viales, los canales y terraplenes cuyo diseño no se adecuan a la dinámica hídrica del ecosistema en el que está, causan problemas de inundación ó sequías que afectan directamente a la población aledaña y aumentan la vulnerabilidad a los riesgos por déficit ó exceso de agua pluvial ó fluvial.
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Proponemos: Que en la decisión y diseño de obras tiene que participar la población afectada, y hacerse en forma seria un estudio de impacto ambiental y social. En lo posible, que dicha consulta sea vinculante.
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El mal manejo de aguas subterráneas provoca cambios que no son tan perceptibles como los anteriores, pero sí son de igual importancia pues imposibilita el asentamiento en el territorio de población que necesita del agua subterránea para poder vivir, además de modificar en el mediano plazo la vegetación y concentraciones salinas del suelo. En lo inmediato, la sobreexplotación de las napas causa una baja del nivel que deja temporariamente sin agua a la gente hasta que la napa recupera, y en muchos casos la sobreexplotación saliniza la freática.
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El desmanejo tiene -principalmente- tres orígenes: 1) La sobreexplotación del acuífero para uso agrícola o industrial, y 2) La modificación de las áreas naturales de recarga del acuífero que cambian sustancialmente el balance hidrológico, y 3) La falta de leyes para el empleo de aguas subterráneas para uso agrícola e industrial.
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1) La práctica de riego para cultivos extensivos requiere de altos caudales, entrando en franca competencia con el abastecimiento público, sobre todo en lugares donde la oferta natural de agua para consumo humano es reducida ó no existen fuentes alternativas.
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Proponemos: a) Establecer prioridades regionales para el aprovechamiento de acuíferos, atendiendo a las características socioeconómicas de cada área, y b) Establecer sistemas de producción acordes a las características ecológicas de la región.
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2) El cambio de uso del suelo en zonas naturales de recarga ha modificado enormemente el balance hidrológico. Es necesario políticas que insten a un manejo integrado de cuencas que garantice el suministro en cantidad y calidad suficiente a todas las poblaciones; que establezca "caudales ecológicos mínimos" con el fin de proteger cada cuenca y su diversidad; que obligue a evaluar los impactos producidos por los cambios en el uso del suelo y presencia de contaminantes en las aguas superficiales y subterráneas; y que planifique a mediano y largo plazo el manejo hídrico de las cuencas y los caudales para uso consuntivo, agrícola e industrial.
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Proponemos: Hacer la Ordenación Territorial a fin de: a) Definir políticas que aseguren la sustentabilidad del recurso hídrico en las regiones con distinta disponibilidad; b) Establecer asignaciones y prioridades para el uso del agua; y c) Poner en marcha un manejo integrado de cuencas que permita compatibilizar el uso de las aguas superficiales y subterráneas para las diversas actividades humanas y conservación de los ecosistemas, manteniendo su cantidad y calidad.
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3) El marco jurídico-legal que regula el uso y conservación del agua tiene serias deficiencias y limitaciones. Por ejemplo: Hay escasez de estudios e investigaciones aplicadas a la Ley sobre el estado en que se encuentran las aguas subterráneas, el balance hidrológico, los caudales mínimos y los cambios en la calidad del agua, los trasvases entre cuencas, el estado de los ecosistemas fluviales y lacustres, las tensiones entre los distintos usos consuntivos, el caudal usado anualmente en riego agrícola o por las industrias, el destino final de las aguas servidas, etc.
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Proponemos: Generar una normativa clara y articulada respecto al uso de aguas superficiales y subterráneas.
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La contaminación del agua es otra cuestión preocupante. Casi todas las fuentes de agua que discurren por las ciudades están contaminados por efluentes cloacales e industriales.
En el medio rural la introducción de cultivos que demandan plaguicidas, fertilizantes y otros biocidas introducen, al sistema, contaminantes que son acumulados y movilizados por el agua. La contaminación irreversible de napas es muy preocupante y, al igual que la superficial, está generando cada vez más problemas de salud en la población.
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Proponemos: Es necesario un marco normativo que impida la contaminación de aguas y un estricto control estatal, estableciendo un manejo integrado del territorio que regule las actividades socio-productivas en las distintas regiones agroecológicas, y que oriente las políticas productivas sin desatender a la salud de la población ni a la conservación de aguas y suelos. 4- La Producción y comercialización: Tradicionalmente la familias campesinas venimos produciendo nuestros propios alimentos. En nuestras chacras se producen una gran variedad de maíces, porotos, mandioca, zapallos, como asi también frutas y verduras. Producimos huevos y carnes de pollos, cerdos, chivos, ovejas. Cuidamos a nuestras vacas lecheras... Con el esfuerzo de toda la familias elaboramos quesos, harinas de maíz y mandioca, dulces y conservas. Nuestras chacras son diversificadas y nuestras producciones saludables... Pero a la hora de querer vender nuestros productos no tenemos mercado. Y si podemos vender no logramos un precio justo. Bromatología no está pensada para nuestro mercadeo. Las exigencias de infraestructuras para elaborar y vender alimentos no está al alcance del pequeño productor. Los grandes ejes de la política favorecen la venta de productos de exportación. No se valora la producción campesina. Frente a esto proponemos: - Apoyo en infraestructura, insumos y capacitación en mercadeo, para abastecer los mercados locales. - Adecuar la implementación de la normativa sanitaria, a la situación de los pequeños poductores y la Agricultura Familiar para productos artesanales, elaborados en pequeña escala. - Crear un sistema de aportes tributarios especial para pequeños productores, que les permita facturar en forma oficial, tener obra social y jubilarse. - Favorecer la compra de productos campesinos, por parte del estado, a los pequeños productores locales, prioritariamente... - Garantizar la participación de los pequeños productores en los mercados, mediante una infraestructura adecuada (planchadas, frigoríficos, salas de elaboración, etc.).
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CONCLUSIÓN: No tenemos miedo de decir que hoy en nuestro país no existen políticas de desarrollo que contemplen los derechos y planteos de las organizaciones campesinas, ni espacios abiertos en los gobiernos en donde podamos manifestar propuestas. Por el contrario, el desarrollo del país está en manos de pocas empresas que fomentan el cultivo de agro exportación intensiva, con alta dependencia de insumos químicos y degradantes del medio ambiente. Por tal motivo nos sentimos obligados a manifestar nuestros pensamientos y propuestas. La organización sigue siendo la fuerza y la herramienta necesaria para poder cambiar esta situación.La tierra, el agua y el monte tienen que ser un patrimonio y no un negocio.En el campo tiene que haber personas y no máquinas. Queremos y luchamos por un desarrollo que nos incluya a todos.
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Firman el Comunicado:
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* UNPEPROCH - Unión de Pequeños Productores del Chaco - Chaco
* UNPEPROCE - Unión de Pequeños Productores de Colonia Elisa – Chaco
* APPPCH – Asociación de Pequeños Productores del Chaco – Chaco
* Comisión Vecinal de Pequeños Productores – Presidencia Plaza - Chaco
* Cooperativa de Productores Hermoso Campo Ltda. - Chaco
* APPO - Asociación de Pequeños Productores Orgánicos - Chaco
* Asociación Colonia General Paz - Chaco
* Asociación 4 de Octubre - Chaco
* Pequeños ganaderos organizados del norte chaqueño
[1] - Chaco
* APPPC - Asociación Provincial de pequeños productores correntinos - Corrientes
* UPPSAN - Unión de pequeños Productores del Salado Norte – Santos Lugares - Santiago del Estero
* OCCCAP – Organización Campesina Copo, Alberdi y Pellegrini -Santiago del Estero
* MOCASE – Movimiento Campesino de Santiago del Estero
* MEZAT – Mesa Zonal de Tierra, Añatuya, Santiago del Estero
* UOCB Organización: Unión de Organizaciones de pequeños productores de la Cuña Boscosa -Santa Fe.
* OBREROS DEL SURCO – Santa Fe
* Organización zonal Vida en Libertad - Santa Fe.
* Asociación de pequeños productores de la zona de San Martín II – Formosa
* APROBAE – Asociación de pequeños productores del Bañado La Estrella - Formosa
* MOCAFOR – Movimiento Campesino de Formosa - Formosa
* APPCHS - Asociación de Pequeños Productores del Chaco Salteño -Salta
* FUNDAPAZ - Fundación para el Desarrollo y la Paz (Santa Fe, Salta, Santiago del Estero)
* INCUPO – Instituto de Cultura Popular (Santa Fe, Santiago del Estero, Corrientes, Chaco y Formosa)
* Asociación Cacique Taygoyé . Pampa del Indio – Chaco
* Equipo Zonal de tierras y gestiones – Departamento Bermejo – Chaco
* Federación Pilaga - Formosa

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