miércoles, 4 de noviembre de 2009

Actitud irresponsable

Ramón Minieri (Autor de Ese ajeno sur)

Al investigar para escribir mi libro, aprendí cosas ausentes en mi manual escolar.

Una: la ilegitimidad de ciertos títulos de propiedad. A empresas como la TASLCo, el Estado argentino les regaló extensiones enormes, diez veces el máximo legal, mediante testaferros, en concesión para “instalar colonos”. No trajo ni uno.

Dos: las enormes ventajas que usufructuaron estas empresas. No oblaban derechos de exportación o importación, ni tasa a las ganancias hasta 1933. Hasta 1946 no les dieron un sueldo decente a los peones, ni un colchón.

Tres: no hubo un “desierto” al que se conquistó. Se expropiaron a sus pobladores 78 millones de ha y se las privatizó a favor de empresas británicas y especuladores argentinos. Las colonias y chacras nacieron a contrapelo de esa política. Los nativos fueron desalojados violentamente; hubo campos de concentración, entrega de mujeres y niños a familias de las ciudades. Los restos de esos grupos suministraron la peonada de las estancias. Y siguen aquí, echados de sus lugares, hasta hoy.

Cuatro: estas historias no cesaron. Una nueva conquista en los años treinta, a cargo del general Justo, amigo de los estancieros, desalojó la reserva Nahuelpan. Y sigue la lucha de las comunidades por recuperar sus lugares, es decir su vida.

Cinco: la constitución violenta de nuestro Estado se mantiene sobre ciertos mitos que nos imbuyeron: el de que toda fundación requiere víctimas, el de los eficaces administradores extranjeros, el del indio malo y peligroso.

Hoy tenemos la oportunidad de refundar nuestro Estado a partir del protagonismo de sus diversos pueblos, repatriando a sus desterrados, reparando crímenes históricos. En esta encrucijada, es irresponsable la actitud de algunos medios y algún “entendido” que invocan la represión sobre las comunidades. Si de algo hubiera servido la violencia, ya no habría más violencia.

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